viernes, 21 de septiembre de 2012

Cuento prenavideño: el cerdito y el cabritillo




Érase una vez un cabritillo que decidió salir a ver mundo. Su mamá le aconsejó que caminara por la tierra y no por el agua -Porque eres un cabritillo, no un salmón, mi amol. 

Ante el calor sofocante, el cabritillo no hizo caso de las palabras de su mamá y se metió en el agua al entender que no había ningún peligro por darse un chapuzón, con tan mala suerte de que una de sus patitas se queda atascada en el fondo. -Este es el fin -berraba el cabritillo- ¿por qué no le habré hecho caso a mamá?.

Cuando todo parecía perdido, Babe-el-cerdito-valiente-8, que se encontraba en una pausa de rodaje por los alrededores, aparece como un rayo para ayudar a su amiguito -No te preocupes cabritillo. Aquí estoy para ayudarte. Y nadando cual Michael Phelps cochino, saca del atolladero al animalito que se estaba ahogando.

Moraleja 1: no te metas en charcas profundas porque Babe no puede llegar a todas partes a tanta velocidad.

Moraleja 2: los cerdos no solo pueden doblar al Hasselhoff y la Pamela Anderson en los vigilantes de la playa, sino que también saben manejar cámaras de video. El que grabó éste debe sentir un sabor agridulce: por un lado ha conseguido grabar un video muy gracioso que correrá como la pólvora por Internet, pero por otro ha quedado como un idiota al no mover un dedo mientras el cabritillo se ahogaba... y que un cerdito consiga hacer lo que tú deberías haber hecho tiene que hacer pupita...

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