jueves, 20 de diciembre de 2012

Prepárense a ver el Fin del Mundo



Si hay algo que entiendo preocupante a escasas horas del "Fin del Mundo" es que seguramente nos desayunaremos con alguna tétrica noticia de algún suicidio colectivo. Es triste pero entra dentro de lo esperado que eso suceda.

Lo que resulta entretenido es ver dónde se esconderán pasado mañana los agoreros, aunque en realidad la multitud tiene memoria de pez, y probablemente esos agoreros se suban al autobús del siguiente Apocalipsis. 

En 1999 Paco Rabanne (Rabaneda, para sus familiares) se retiraba de la primera línea modista entre lúgubres augurios apocalípticos: según sus interpretaciones nostradámicas, durante el eclipse lunar de agosto de aquel año la Estación Mir se desplomaría sobre un París que ardería en llamas precediendo el fin del Mundo.

Ya hemos pasado por el primer milenarismo, por el segundo y el efecto 2000, por las más creativas interpretaciones de las cuartetas de Nostradamus, por eclipses armagedónicos... y aquí estamos. Y ahora nos argumentan que los Mayas (desaparecidos, por cierto, sin que se conozcan exactamente las razones, y sin que ellos pudieran predecir su propio futuro, a lo que se ve) predijeron que la fiesta se acaba mañana... y otros vuelven a ponerse nerviosos, esos mismos que sin embargo no dicen lo mismo cuando miran el calendario que tiene puesto sobre la mesa o en la pared y al fijarse que ya está ahí el 31 de diciembre -y que por tanto deben buscarse ya uno de 2013- no piensan en otra cosa que no sea el cotillón y las uvas.

Lo mejor que podemos hacer es sentarnos tranquilamente a disfrutar de algún capítulo de Frasier o de Mad Men y reirnos mañana de aquellos que tanto temor pretendían inocular, y preguntarles las razones por las cuales se ha producido un fallo en el cálculo... Porque -que no le quepa dudas a nadie- habrá sido un fallo de cálculo. A fin de cuentas, ya sabemos que aquí no quedará nada ni nadie: la Tierra será engullida por el Sol dentro de algo más de unos cinco mil años, aunque tranquilos, que antes habremos encontrado algún sitio en el Universo por el que seguir expandiendo nuestra estupidez supina.

Y todo esto lo podemos decir con toda la tranquilidad y a pleno pulmón, porque, a fin de cuentas, si los Mayas acertaran ¿quién nos lo va a reprochar pasado mañana?.  XDDD

Mientras tanto, culturicémonos por lo que pudiera venir, y ¡Feliz Día del Fin del Mundo!



No hay comentarios:

Publicar un comentario