lunes, 8 de febrero de 2016

Resines y la Academia del Cine viven en una película



El cine español sigue teniendo, de momento, mala solución, porque sus dirigentes se empeñan en vivir en un mundo que ya no existe.

D. Antonio Resines, a la sazón presidente de la Academia española del Cine, se vanagloria de no tener ni ordenador y echa de menos y defiende a los videoclubes, y afirma públicamente sin rubor que los españoles nos descargamos "ilegalmente" 1.900 películas ¡al minuto!... Y así le va a nuestro cine.

El sr. Resines debería rodearse de mejores asesores. Ni todo el que tiene un ordenador es un delincuente en potencia, ni los videoclubes tienen opciones hoy al haber evolucionado el soporte y los dispositivos de reproducción (y la forma de consumo), ni es razonable que en este país se descargue ilegalmente tal barbaridad de películas, muy por encima de otros países con muchísima más población y que, por cierto, equivaldría en 2015 a ¡unos mil millones de descargas!. Y es que alguien debería decirle al sr. Resines que el internauta no es su enemigo, sino su aliado, su público, al que por cierto llevan años insultando.

Alguien debería decirle al sr. Resines que, precisamente lo que debe hacer es favorecer que todo el mundo pueda tener -por precio razonable- acceso a cuantos canales sean necesarios para poder consumir cuando uno quiera, y no tener que esperar a cuando unos pocos les apetezca. Alguien debería decirle que el cine no es sólo proyección en sala comercial, que ya existen numerosos canales "legales" para el consumo del cine. Pero el sr. Resines no lo sabe, ni sus asesores tampoco.

Alguien debería contarle que el pirateo no es el problema, sino la falta de actualización para favorecer los canales de circulación del producto cinematográfico.

La Academia debe dar paso a gente que viva en el mundo de hoy, porque mientras lo sigan dirigiendo "dinosaurios" que sólo miran fotos de tiempos remotos, seguirán perdiendo un terreno vital para el cine español.

Acusar de los males del cine español al IVA (sí, es cierto que es un despropósito mantener ese IVA cultural) y al pirateo es un error. Como error es el de los actores que, año tras año, funcionan como correa de transmisión de ese mensaje equivocado, y que además convierten la gala del cine español en un aburrido evento con tintes politizados. Alguien debería decirles a los actores españoles que el cine va dirigido a todos, y la gala también, pero ellos se empeñan en que parezca que la gala es de ellos y dirigida sólo a ellos.

Y el verdadero drama del actor español no está ni en el IVA cultural (aún siendo importante) ni en el pirateo, sino en la dramática situación que -independientemente del color político del gobierno de turno- están atravesando como "trabajadores" maltratados, algo de lo que la mayor parte de la gente desconoce, porque de ello no hablan y que sí es algo que todo el mundo debería conocer: la dramática situación del actor que no puede jubilarse, y la de la mayoría de actores que permanecen casi continuamente en paro, aunque muchos de ellos aparecen en la alfombra roja con vestidos de marca prestados para la ocasión, en otro ejercicio de ficción. 

Por tanto, para la salud del cine español, nada mejor que un viaje hacia el siglo XXI en el que estamos. Pero para la salud de la Cultura, tanto el sr. Resines, como sus acólitos y todos los gestores políticos deberían escuchar testimonios como el de Rosario Pardo para focalizar bien cuál es el verdadero problema de los profesionales: http://www.ondacero.es/programas/te-doy-mi-palabra/audios-podcast/entrevistas/rosario-pardo-hay-que-educar-a-la-gente-porque-los-politicos-son-un-resultado-de-la-educacion-espanola_2016020656b5c8834beb28fff7ccad4a.html 










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