viernes, 9 de marzo de 2012

La Codorniz 1941-1978. Imprescindible retrospectiva.


Con Felipe Hernández Cava como comisario, desde noviembre pasado y -ahora, debido a la gran aceptación, ampliado el plazo- hasta el 27 de mayo, puede disfrutarse en el Museo de la Ciudad de Madrid de la exposición "La Codorniz 1941-1978", organizada aprovechando la conmemoración de las siete décadas del nacimiento de la misma y las tres del fallecimiento del que fuera uno de sus directores, Álvaro de Laiglesia.

Esta exposición sobre la que fuera autodenominada "la revista más audaz para el lector más inteligente" y luego "decana de la prensa humorística" resulta imprescindible para entender la historia del humorismo español porque nunca se ha vuelto a ver tanto talento junto bajo una misma cabecera, que supuso casi la única luz en las tinieblas del franquismo.

Fundada en 1941 por el inigualable Miguel Mihura, fué dirigida por éste hasta que tres años más tarde, Álvaro de Laiglesia recogiera el timón para llevar el barco hasta prácticamente el atraque final (1977), con las últimas direcciones de Manuel Summers y Cándido en los dos últimos años.

Un hombre entra en una librería. -Buenos días, ¿tienen Mis Memorias?. -Y usted ¿quién es?. -Es que no me acuerdo... (Gila)

Censurada, multada, apercibida e incluso suspendida en varias ocasiones, bajo su paraguas se cobijaron nombres de hijos del surrealismo, el futurismo o el constructivismo, como los del mencionado Mihura, Tono, Herreros, Edgar Neville, Fernández Flores, Jardiel Poncela, Clarasó, Forges, Chumy Chumez, Máximo, Gila, Serafín, Perdiguero, Mingote, Kalícrates, Ops, Perich, Rafael Azcona,... Irrepetibles humoristas e irrepetible publicación, de la que deberían aprender muchas de las que decoran los quioscos en la actualidad.

La muestra ocupa la primera planta del Museo de la Ciudad (Madrid) con dos recorridos simultáneos: las obras de los autores por órden alfabético, por un lado, y números de revistas de La Codorniz en diferentes etapas y de algunas de sus inmediatas antecesoras, como el caso de La Ametralladora, por otro.

Visita inexcusable, imprescindible. Beneficiosa para la salud mental.




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