Frente al aumento de la delincuencia y de los asaltos y robos en domicilios, y para combatir el creciente temor a ser víctima de una situación indeseada, en -y desde- Asturias se alcanza un hito en este momento, pues una empresa asturiana, DYSTEC, acaba de abrir la primera tienda virtual en nuestro país, específicamente dirigida a los particulares y pequeños amaestramientos, (www.bombinesyseguridad.es ) en la que cualquiera puede adquirir para la puerta de su domicilio, cilindros electrónicos autónomos de seguridad, certificados por la BSI como de Clase 1 Para los mayores requisitos de seguridad, los cuales, sin necesidad de obras (sencillamente sustituyendo el bombín mecánico convencional por el electrónico) eliminan realmente el riesgo del bumping y del ganzuado, sencillamente porque no tienen componentes mecánicos a los que atacar.
Comienza la era de la cerrajería electrónica en el ámbito domiciliario particular, y Asturias está en la vanguardia.
En una época tan complicada como la que vivimos, el aumento de la delincuencia es una de sus consecuencias. En los Medios se pueden ver, leer y escuchar a diario noticias sobre robos y asaltos, tanto a empresas e instituciones, como a domicilios particulares. En estos últimos, además, se extiende una enorme preocupación, porque los delincuentes están accediendo incluso mientras sus habitantes se encuentran dentro, y parece que ésto se ha convertido en una verdadera lotería.
Los avances tecnológicos se encuentran en una carrera, en la que los competidores son dos: los malos y los buenos, los delincuentes y las víctimas. Éstas intentan tomar algunas medidas para su seguridad, aquellos buscan otras para saltárselas.
Así hemos pasado de una época en la que instalar un sistema de alarma era la mejor medida disuasoria, a otra en la que los delincuentes consiguen en el mercado, de forma libre y barata, sistemas inhibidores que las anulan. Las cerraduras de las puertas han pasado de ser el seguro contra los accesos, a ser el minuto que separa al delincuente del interior.
Los robos aumentan y el miedo crece. Hay quien vuelve a su casa tras horas o días fuera de la misma, y se la encuentra desvalijada; hay quien se despierta por la mañana y se encuentra que por la noche ha tenido una visita indeseada; hay a quien algún extraño le despierta en mitad de la noche preguntándole dónde tiene las cosas de valor; hay a quién le despiertan y antes de preguntarle sufre violenta agresión; hay a quien amordazan y dejan durante horas hasta que alguien le echa de menos y van a buscarle... Y la gente muestra gran extrañeza porque las puertas y ventanas están cerradas, y no hay ninguna señal de fuerza.
Hasta hace poco, este tipo de hechos se debían al ganzuado, a delincuentes con conocimientos cerrajeros, y por tanto, en la mayoría de los casos, con gente de alto nivel económico como víctimas. Desde hace poco, crecen de forma peligrosa los robos mediante bumping, para lo cual, no es necesario tener ningún conocimiento de cerrajería, tan sólo una llave "bumpeada" (que no hay ni que elaborarla, pues por Internet se encuentran numerosos anuncios vendiendo por pocos euros "llaves bumping" de la totalidad de marcas en el mercado) y en escasos segundos, sin hacer ruido y sin dejar señal alguna de forzado, se puede acceder por la práctica totalidad de cerraduras mecánicas en el mercado (incluyendo puertas acorazadas).
Las compañías aseguradoras, con el incremento también de fraudes e intentos de estafa por parte de algunos clientes, ante este tipo de situaciones, miran para otro lado, con lo que la víctima se lleva el doble disgusto: el del robo y el de la inexistencia de compensación.
Nos encontramos por tanto en un momento crítico, y en el momento del cambio tecnológico en los accesos. La cerrajería mecánica convencional ya no es útil en las zonas perimetrales y de accesos vitales, y comienza a dejar paso a la cerrajería electrónica.
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