jueves, 13 de junio de 2013

El desbarajuste urbanístico-logístico cultural (y sanitario) de la ciudad de Oviedo, la ausencia de responsabilidades y la necesidad de un recinto ferial.



En estos días se está debatiendo (una vez más) la conveniencia de mantener o sacar de la plaza de la catedral de Oviedo, los conciertos de las festividades de San Mateo, incluso los ya tradicionales chiringuitos. 

Hay quienes abogan por no moverlos del enclave, otros prefieren sacarlos. Razones, para unos y otros, hay por doquier: los decibelios son perjudiciales para las piedras de la catedral; problemas de seguridad; sumisión con la institución eclesiástica que no quiere que esas celebraciones paganas se realicen delante del templo... Parece que finalmente, los conciertos de mayor entidad serán de pago y se realizarán en la Ería (junto al nuevo Carlos Tartiere), los conciertos de menor entidad se mantendrían en la plaza de la Catedral, y los chiringuitos, de momento se mantendrían (con alguna re-ubicación) en la zona habitual.

Al igual que sucede en Gijón con la Semana Negra, aquel vecindario al que le toque en suerte padecer el ruido, la música y las molestias que generan los recintos festivos y sus visitantes, se queja, no sin razón, de lo que se le viene encima. Y no cabe duda que los decibelios no hacen ningún bien a las piedras de la Basílica-Catedral de Oviedo, pero sobre todo, y quien haya pasado por allí en un momento de concierto relevante podrá corroborarlo, si en algún momento ocurre un problema de seguridad en la plaza, la acumulación de gente en espacio tan pequeño y la configuración de las calles que desembocan a la misma, no son compatibles con las necesarias medidas de seguridad para tan elevado número de personas, y a la hora de necesitar evacuar tanto a alguien en concreto con problemas como a la masa en general, probablemente originará una desgracia de las que tristemente se recordará durante años. Y vivimos en un país en el que lamentablemente sólo se actúa tras las lamentaciones. ¿Quién se responsabilizaría si sucediera una desgracia?

Sin ninguna duda, Oviedo necesita un gran recinto ferial, en las afueras de la ciudad, en el que poder realizar conciertos y festivales, en el que poder instalar las barracas para los niños (en los últimos años, en diferentes festividades incluso no ha habido barracas por falta de acuerdo entre los feriantes y el gobierno municipal) y en el que puedan instalarse los chiringuitos, disponiendo lógicamente de una imprescindible y fluida comunicación por tren y autobuses. De esta manera ningún vecindario se quejaría de ruido, los feriantes dispondrían de un lugar accesible y adecuado y los asiduos de los chiringuitos podrían beber sin las aglomeraciones actuales y sin necesidad de utilizar luego sus automóviles.

Pero es que Oviedo adolece desde hace mucho tiempo (si es que alguna vez la ha tenido) de una ordenación urbanística coherente, y lo grave es que, lejos de aprender de los errores del pasado, se recae en los mismos e incluso se superan, por difícil que esto pueda parecer. 


La Universidad de Oviedo es un claro ejemplo de ello. Dispersa por Asturias en una atomización de Campus que cualquiera que no viva aquí le hace echarse las manos a la cabeza (a los recientes Campus de Barredo en Mieres y de Viesques en Gijón, se unen los de Oviedo en el Centro, en El Cristo, en Los Catalanes, en El Milán, en Llamaquique,...). Una entidad como la universitaria, requiere de una ubicación amplia, diáfana, con campus anexos, alejada de la ciudad, una verdadera "ciudad universitaria", bien comunicada... sin embargo, tenemos lo que tenemos...


¿Y el nuevo HUCA? La construcción mundial que más tiempo llevará el calificativo de "nuevo". Por el tiempo en que es "nuevo" desde que se diseñó y hasta que se inaugure, probablemente será, tras el Monasterio de El Escorial, la obra arquitectónica con mayor dilación temporal. Recordemos que el primer proyecto se remonta a 2001 con un estudio de viabilidad técnica y económica y que su primera piedra se colocó en abril de 2005. Y también batirá otros records, porque pocas construcciones en el mundo han sido "inauguradas" más veces antes de inaugurarse de hecho (placas descubiertas incluidas) que las de este Hospital. 

Cuando se inaugure, prácticamente estará engullido de nuevo por la ciudad. Y todavía no se sabe cuándo podrán articularse todos los enlaces por carretera al mismo. 

Parece que se han previsto 2.200 plazas de aparcamiento. Para un hospital de nueva construcción, que debe durar muchos años, en una ciudad de 200 mil habitantes en expansión, y como hospital central de la Comunidad Autónoma parecen escasos. Pero para escasas las camas. De las 1.200 camas del vetusto hospital actual se pasarán a las 1.039 camas del nuevo. Parece que han supuesto que los avances en la medicina facilitarán la asistencia ambulatoria y que eso implicaría menos ingresos en planta. De lo que no estoy tan seguro es que hayan estudiado la evolución del envejecimiento de la población en las próximas décadas, grupo que a mayor edad, más posibilidades tiene de pasarse más tiempo en las camas hospitalarias (incluyámonos y vayámonos preparando). 

Como estamos hablando de diseño y logística urbanística, no quisiera meterme en la gestión de costes, pero al menos reconozco bastante extrañeza porque apenas buceando un poco en hemerotecas, uno se puede encontrar con que en 2001 el primer estudio de viabilidad técnica y económica en la propuesta de todo un Campus de Ciencias de la Salud hablaba de una finalización en 2010 con un coste de 160 millones de euros y sin bucear demasiado en las hemerotecas, podemos encontrar que en 2008 se hablaba de 266 millones € (con casi 55 millones de sobrecoste al haberse olvidado del aparcamiento),  en 2010 se hablaba de un segundo sobrecoste de 36 millones de € pasando a costar unos 490 millones de €, en septiembre de 2011 ya se hablaba de 1.600 millones de €, tres meses más tarde ya se hablaba de 1.733 millones de €,... casi vale más no seguir mirando y debamos encomendarnos a lo que cada uno estime más conveniente para que se inaugure pronto porque esta forma preocupante de subir sobrecostes podría no tener fin.

Esta faraónica obra es, además un misterio en sí misma: los arquitectos que ganaron el proyecto  misteriosamente renunciaron a la dirección del mismo; la UTE constructora ralentizó extraordinariamente las obras hasta que se admitieron los sobrecostes (extrañamente el Principado no penalizó a la constructora por el más de año y medio de retraso),... ¿Quién se responsabiliza de la desastrosa planificación técnica y económica del proyecto que ha llevado los costes hasta los extremos mencionados?.

Pero no acaba todo ahí, porque parece que la Facultad de Medicina (la única que tiene verdadero sentido de estar fuera de otros campus), tras bastantes discusiones, parece que ha habido acuerdo para que se traslade a la zona del Hospital. El problema parece venir porque, si mis informaciones no son equivocadas, es posible que no haya sitio para toda la Facultad... ¿Alguien se imagina lo que puede ser, para un alumno con asignaturas de varios cursos, que tenga que moverse de un extremo al otro de Oviedo? ¿y para un profesor Médico?.

Dentro de aproximadamente una década, cuando comencemos a lamentarnos de que el nuevo hospital se quede pequeño ¿Quién estará para responsabilizarse de lo que están haciendo ahora?. ¿Y qué "idearán" para el espacio que dejará la actual ubicación del hospital de Oviedo?.



El Campo de Fútbol de Buenavista, Carlos Tartiere, desde su inauguración en 1932 y hasta su traslado en 2000 a la actual zona de la Ería es uno de los ejemplos más claros de mala ubicación y peor diseño. 

Si se tiene que facilitar el movimiento de treinta mil personas, no se puede construir un estadio dentro de la ciudad, sino que debe alejarse de ésta y dotarle de servicios y buenas comunicaciones. Sin embargo se "plantó" donde ahora se encuentra, como si su ubicación hubiera sido decidida alegremente lanzando una lenteja sobre un plano de la ciudad, con muy malos accesos, deficientes comunicaciones y un aparcamiento insuficiente.

Con 8 mil millones de pesetas se construyó el actual estadio, empozado y con graves problemas de drenaje. Si se decide disponer de un césped natural, resulta obvio que éste necesitará luz, pero su diseño, con una cubierta y orientación que impide que ésta pase, y -especialmente en invierno- las heladas y consecutivos charcales, dejan el césped impracticable durante buena parte del año. ¿Algún responsable de estas decisiones?.


Situado donde se ubicaba el anterior campo Carlos Tartiere hoy se levanta esa mole que acoge en su interior el Palacio de Exposiciones y Congresos de Oviedo, el Centro Comercial Modoo, el Hotel Ayre y numerosas oficinas de diferentes Consejerías del Gobierno del Principado de Asturias.

Santiago Calatrava utiliza una estética que me llamaba la atención en los años 80 y 90. Su posterior repetición hasta la extenuación y la enorme cantidad de problemas que comenzaron a acompañar a sus obras cambiaron mi perspectiva sobre el profesional y sus producciones. Sin entrar a valorar artísticamente la construcción, ni a su arquitecto, ni los costes (superaron los 350 millones de €) sí se puede decir con claridad que la grandiosidad del diseño se ha visto menospreciado por el encorsetamiento en el solar donde ha sido ubicado. El volumen y características de esta obra requerirían de un gran espacio diáfano alrededor, que permitiera apreciar la estructura en perspectiva. Actualmente, cualquiera que se acerque a la construcción por cualquiera de las calles adyacentes, no puede valorar la obra en su conjunto.

En la actualidad, resoluciones judiciales han condenado al afamado arquitecto valenciano por la falta de dirección de la obra que ha conducido a que la visera de costillas no pueda moverse, ni a las dudas razonables que han aparecido en cuanto a la seguridad. 

De todas maneras, el Palacio de Congresos de Oviedo (seguridad aparte) adolece un grave problema: la inexistencia de un espacio adecuado para la celebración de Salones y Ferias

Por tanto, y de esta manera cierro el círculo iniciado con los conciertos mateínos, ésta es una razón más para señalar que Oviedo necesita un gran espacio en las afueras como recinto ferial. Un espacio muy bien comunicado y con funcionalidad multiusos, con una gran parte al aire libre, en la que albergar festividades (barracas, chiringuitos, conciertos) y otra parte cubierta, para -como complemento al Palacio de Congresos- poder acoger la organización de Ferias, Salones y Exposiciones. Lo ideal sería que estuviera anexo al Palacio de Congresos, pero eso ya no va a ser posible. ¿Quién le va a poner el cascabel al gato?.

Y es que nos encontramos en el siglo XXI, pero para muchas cuestiones, todavía parece que la heroica Vetusta continúe durmiendo la siesta. 



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